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Sexo después del parto

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© Trinity College Dublin

Nuestras relaciones pueden evolucionar y cambiar después del nacimiento del bebé, y tener sexo después del parto a veces puede ser difícil para las mujeres. El estudio MAMMI reveló que una de cada dos mujeres ha sufrido dolor al empezar a tener relaciones sexuales de nuevo, hasta los tres meses después de dar a luz. Las mujeres también nos dijeron que tenían menos lubricación vaginal y que habían perdido interés en el sexo.

Por suerte, para la mayoría de mujeres estos problemas disminuían con el tiempo. A continuación damos algunos consejos que estas mujeres utilizaron para ayudarse a sí mismas:

  • Utilizar lubricantes a base de agua.
  • Probar distintas posturas sexuales que permitan controlar la penetración, como por ejemplo, la mujer arriba.
  • Tener una comunicación abierta y positiva entre la pareja.

Veamos algunos factores físicos que pueden causar que el sexo duela.

Falta de lubricación en la vagina:

Dar el pecho puede reducir los niveles de estrógeno (una hormona), cosa que causa que haya menos lubricación, por lo que utilizar un lubricante a base de agua y dedicar más tiempo a los preámbulos antes de mantener relaciones sexuales puede ayudar.

Factores musculoesqueléticos:

El dolor del cinturón pélvico, el dolor de espalda o una postura incorrecta pueden indicar un problema musculoesquelético que, a su vez, puede causar el dolor durante las relaciones sexuales. Es posible que algunos de estos problemas ya estuvieran presentes antes del embarazo. Acudir a un/a fisioterapeuta especializado en la salud de la mujer puede servir para identificar el problema y encontrar el mejor tratamiento.

Herida y lesión:

Las lesiones físicas del parto también pueden causar dolor durante las relaciones sexuales. En raras ocasiones, la lesión puede estar causada por un parto instrumental (en el que se ha requerido el uso de fórceps o una ventosa) o quizá se trate de daño en los nervios, una lesión muscular o una lesión en el tejido conectivo de la vagina.

Las episiotomías o el desgarro durante el parto son más comunes y a veces la herida se cura pero deja una cicatriz dentro de la vagina que puede causar dolor e incomodidad.

Infección e inflamación:

Una infección en la zona de la episiotomía o de la cicatriz también puede causar dolor. Si la piel de alrededor de la herida está enrojecida, sensible o hinchada, deberías ponerte en contacto con tu médico local para que te examine. Si hay pus (líquido o una descarga) o la herida huele, deberías acudir al médico inmediatamente.

Otras infecciones que pueden causar dolor durante las relaciones sexuales son las infecciones recurrentes de candidiasis, las enfermedades de transmisión sexual o una infección urinaria. Los eczemas y otros problemas de la piel de la zona genital, como el liquen escleroso, también pueden causar dolor.

También hay que tener en cuenta los factores emocionales si hay dolor durante las relaciones sexuales.

Si se ha sufrido una relación sexual traumática en el pasado, esto también puede causar dolor durante el sexo, incluso cuando se trata de una pareja de confianza. No todas las mujeres que sienten dolor durante el sexo han sido víctimas de abuso, y no todas las personas que han sufrido abuso sienten dolor, pero puede ser un factor.

El estrés y la ansiedad también pueden contribuir al dolor durante el sexo. Los músculos del suelo pélvico tienden a tensarse como respuesta al estrés, y esto causa que el sexo sea doloroso o incómodo. El vaginismo es una afección que causa espasmos involuntarios de los músculos de la pared vaginal y también puede causar dolor durante la penetración. A veces, sentir dolor durante las relaciones sexuales se traduce en un miedo a volver a sentir dicho dolor que, a su vez, causa más tensión y más dolor. Algunas mujeres empiezan a evitar el sexo porque lo asocian con el dolor.

Dolor del suelo pélvico:

Tanto los factores físicos como los emocionales pueden causar dolor del suelo pélvico. Las mujeres que han sufrido dolor vaginal o un trauma en la vagina pueden desarrollar un suelo pélvico hiperactivo. Esto está causado por una lesión, un trauma, una infección o una tensión prolongada debido a una mala postura o por apretar los músculos demasiado inconscientemente y hace que el músculo no se relaje fácilmente.

El músculo del suelo pélvico está entonces tenso y acortado; tiene una capacidad limitada de relajarse y alargarse, lo que causa menos rango de movimiento y dolor, lo que, a su vez, reduce la capacidad de contraer el suelo pélvico de manera eficaz.

Todo esto puede hacer que tengas puntos que desencadenan el dolor; es similar a cuando tenemos nudos en algún músculo, que duelen si aplicamos presión en esa zona. Por este motivo muchas mujeres no son conscientes de tener una lesión en el suelo pélvico hasta que tienen relaciones sexuales o hasta que durante un examen interno aplican presión en el punto que desencadena el dolor.

Buscar ayuda

Si sientes dolor o molestias durante el sexo, es importante que acudas a un profesional de la salud, como por ejemplo a un/a fisioterapeuta especializado en la salud de la mujer. Los fisioterapeutas especializados en la salud de la mujer tienen formación específica para tratar y gestionar los problemas de salud de las mujeres y pueden ayudarte a lidiar con los factores físicos que pueden estar causando dolor después del parto. Utilizan lo que se conoce como un enfoque holístico, es decir, tratan a la persona en su conjunto, para valorar las distintas razones por las cuales puede sentir dolor durante las relaciones sexuales después del parto.

Habla con tu médico local, acude a tu centro de salud o al hospital en el que diste a luz y pide que deriven a un/a fisioterapeuta especializado en la salud de la mujer. En algunos sitios puedes pedir hora con el/la fisioterapeuta tú misma y no hace falta que tengas ningún documento de otro doctor. Normalmente, en la primera visita, el/la fisioterapeuta hará un examen pélvico externo y una valoración vaginal interna para ver si hay alguna cicatriz, la calidad de movimiento de los músculos y la capacidad de relajarlos y si hay algún punto que desencadene el dolor.

Tratamiento

El tratamiento para los problemas de salud sexual puede incluir lo siguiente:

  • Terapia manual suave para los músculos del abdomen, la pelvis y el interior y el exterior de la vagina.
  • Técnicas de respiración abdominal y ejercicios suaves que ayudan a enseñar a los músculos a relajarse y estirarse para reducir las zonas de dolor. A menudo, se te pedirá que sigas un programa de tratamiento en casa que puede incluir respiración, estiramientos o relajación del tejido cicatrizado, y que es de gran utilidad a la hora de seguir un tratamiento a diario entre las visitas al fisioterapeuta.
  • Posturas que funcionan mejor para empezar a tener sexo otra vez y el uso de lubricación y geles específicos que ayudan a aliviar el dolor.
  • Relajación, técnicas concretas de respiración y estiramientos.
  • Derivación a un/a psicólogo o terapeuta si has sufrido un trauma o abuso sexual.

Independientemente del modo en que decidas buscar ayuda, es muy importante que no ignores el dolor durante el sexo esperando que simplemente desaparezca.

El dolor durante el sexo no es normal y, en la mayoría de casos, hay algún tratamiento que puede ayudar.

© Trinity College Dublin
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La Salud de la Mujeres en el Postparto

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