Bienestar mental durante la maternidad
¿Qué es la salud mental?
La salud mental se refiere al bienestar psicológico en general. Incluye qué piensas de ti misma y de tus relaciones, y tu capacidad de gestionar las emociones y lidiar con los problemas.
¿Cómo te sientes? ¿Contenta, triste, decaída, preocupada, exultante, estresada, encantada contigo misma, deprimida, inquieta, asustada, abrumada, desinteresada, aletargada, enfadada, positiva?
Nadie se siente completamente feliz todo el tiempo. La vida está llena de cambios y de retos que nos afectan a todos y a los que nos rodean, y que tienen una influencia en nuestro estado de ánimo y en nuestro bienestar. Es normal sentirse decaída, triste, preocupada, estresada, inquieta e incluso enfadada en algunos momentos. Lo importante es cómo lidiamos con los retos de la vida, y puede ser de manera distinta según la mujer, según la persona.
La maternidad es un momento de grandes cambios y de transición; las mujeres pueden sentir una variedad de emociones fuertes, cambiantes y confusas. Por eso es importante lo siguiente:
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Saber qué es una salud mental positiva: tener una idea clara de las características de una salud mental positiva en la vida cotidiana nos ayuda a identificar a qué cuestiones de nuestra salud mental debemos prestar especial atención de vez en cuando.
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Conocer la diferencia entre una reacción normal a un momento difícil de la vida y las señales o indicadores de que hay un problema de salud mental, así como saber cómo y cuándo acudir a un profesional de la salud.
¿Cuáles son las características de una salud mental positiva?
La Organización Mundial de la Salud define la salud mental como un «estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera y es capaz de hacer una contribución a su comunidad».
La salud mental positiva va más allá de vivir sin un problema de salud mental, también es vivir con las habilidades y características que nos permiten gestionar los retos de la vida y disfrutar de una vida sana y plena.
Tener una salud mental positiva significa poder alcanzar tus objetivos, lidiar con el estrés normal de la vida, trabajar de manera productiva y fructífera, y mantener relaciones sociales positivas.
Tener una salud mental positiva es todo lo siguiente:
- Sentirse contenta.
- Tener energía y ganas de vivir.
- Sentirse bien respecto a las relaciones y conectada con la gente que te rodea.
- Tener la habilidad de lidiar con el estrés, las emociones y los sentimientos negativos de manera positiva.
- Tener un equilibrio entre trabajo y ocio.
- Sentirse bien con una misma.
Problemas de salud mental
Cuando oímos hablar sobre la salud mental en la maternidad, el término que se menciona más a menudo es la depresión posparto, también conocida como depresión posnatal. No obstante, cada vez se tiene más conocimiento de otros problemas de salud mental que ocurren durante el período posparto, como por ejemplo, el trastorno obsesivo-compulsivo, la ansiedad, el estrés postraumático y la psicosis.
Nuestro bienestar mental es variable y como nuevas madres podemos tener períodos desánimo, ansiedad o enfado que no tienen por qué ser indicios de un problema de salud mental. Lo importante es que estos períodos de cambio de estado de ánimo sean cortos y formen parte del proceso de adaptación a la vida con un recién nacido, y no cambios de humor prolongados o constantes.
Así pues, ¿cómo podemos saber si estos sentimientos indican que hay un problema de salud mental y que debemos buscar ayuda?
- Si estas emociones negativas duran más de dos semanas;
- Si afectan a tu alegría de vivir, a tus relaciones o ya no disfrutas de tus aficiones o pasatiempos;
- Si interfieren con tu capacidad de funcionar en la vida diaria, como por ejemplo, a la hora de cuidar a tu bebé o de salir de casa para hacer encargos, o si tienes pensamientos intrusivos que te angustian.
En cualquiera de los casos anteriores deberías concertar una visita con tu médico o con otro profesional de la salud para lidiar con estos problemas y encontrar soluciones positivas.
Puede resultar muy difícil hablar de los problemas de salud mental; nos sentimos vulnerables o quizá nos da miedo que nos vean débiles. Sin embargo, para mejorar y volver a tener una salud mental positiva es importante encontrar a alguien en quien confiemos para hablar de ello; empieza con un buen amigo o amiga o, si prefieres hablar con alguien que no sea de tu círculo de amistades ni de tu familia, puedes hablar con un médico o terapeuta y trabajar a partir de allí.
La conclusión es que es bueno hablar. Si conoces a alguien que quizá esté pasando por esto, es bueno escuchar sus preocupaciones sin juzgar y apoyarle para que busque ayuda.
Apoyar una salud mental positiva:
Habla con alguien:
Como nueva madre puede ser difícil pedir ayuda, especialmente para cuestiones de salud mental. A las mujeres les preocupa que se las vea incompetentes o incapaces de lidiar con la maternidad; les preocupa que pedir ayuda sea una señal de debilidad y creen que deberían superarlo para no ser una carga para los demás.
Tomar consciencia de las actitudes negativas entorno a la salud mental es útil para reconocer que quizá nosotras mismas también tenemos una idea sobre la salud mental que supone un obstáculo a la hora de pedir ayuda.
Plantéate si tu propia concepción sobre buscar ayuda para la salud mental te impide hablar de tu salud mental con tu pareja, familia o profesional de la salud mental. Si fuera otra persona la que tuviera algún problema de salud mental, ¿le animarías a buscar ayuda? ¿En qué se diferenciaría ese consejo de las medidas que tú tomas cuando se trata de tu propia salud mental? ¿Por qué? Recuerda que pedir ayuda no es señal de debilidad ni de derrota. Es un paso positivo y activo de autocuidado.
Mantén interacciones sociales:
Hay muchos estudios que demuestran que conectar con otras personas y tener relaciones sociales es una parte importante de una vida sana y plena. Las conexiones sociales positivas aumentan tu sentido de bienestar, de pertenencia y de comunidad (Kawachi et al., 2001).
Nuestra red de apoyo social la encontramos en nuestras relaciones y amistades. La vida como nueva madre a menudo puede ser aislante, y es muy importante mantener relaciones con los familiares y amigos que satisfacen nuestras necesidades sociales y emocionales.
Mantente físicamente activa:
La actividad física libera endorfinas, también conocidas como las hormonas de la felicidad, que ayudan a levantar el ánimo y proporcionan energía. También se ha demostrado que hacer ejercicio de manera regular tiene un impacto positivo en la salud mental y emocional porque libera estrés, mejora la memoria y el sueño (Head et al., 2012, Khattab et al., 2007).
La actividad física también es una muy buena manera de establecer relaciones sociales, hablar con un/a amigo/a durante una caminata o una excursión, participar en una clase de ejercicio, probar un taller para bebés, hacer Zumba o algo que no hayas hecho nunca antes. Las experiencias nuevas, la interacción social y la actividad física son sugerencias de maneras de mejorar el bienestar mental.
Dedícate tiempo a ti misma:
Ser madre puede ser abrumador; es un gran cambio de identidad y puedes empezar a perder de vista las cosas que te hacían sentir tu misma. Dedicarte tiempo a ti misma, a tus aficiones y a las actividades que te divierten es tan importante para tu bienestar emocional y mental ahora como lo era antes de ser madre.
Duerme y come bien:
No te indignes con esta recomendación. Sabemos que a todas las madres les falta sueño y tiempo, y que dormir una noche entera es cosa del pasado.
Intenta aumentar tus probabilidades de descanso evitando los estímulos de las pantallas de televisión, del ordenador y del móvil por lo menos una hora antes de querer ir a dormir. Intenta ir a la cama 20 minutos antes en lugar de entrar a las redes sociales. Recuerda, si no te levantarías antes por la mañana para hacer algo, no vale la pena mantenerte despierta para hacerlo.
Quizá te sientas cansada durante el día, pero intenta limitar el consumo de cafeína, ya que reduce la calidad del sueño y, en algunas personas, causa que la ansiedad aumente. (Smith A., 2002). Asimismo, hay quien siente que una copa de vino les ayuda a dormir pero, a pesar de que quizá sientas sueño después de beber, la investigación demuestra que el consumo de alcohol afecta negativamente la calidad del sueño (Roehrset al., 2001).
Sé amable contigo misma:
Juzgarte a ti misma y compararte con alguien raramente resulta útil para tu salud mental. Es posible que al mirar con curiosidad la vida de otros, sus acciones y sus logros, nos sintamos decepcionados o insatisfechos con nuestra propia situación. Intenta no compararte a otras personas; siempre parece que a los demás les vaya todo bien; pero no siempre es posible ver si la otra persona también tiene problemas.
Ten en cuenta que las madres influencer que ves en las redes sociales están intentando mostrar su mejor cara. Lo que ves en internet es una versión editada de su vida; es lo que quieren que veas y no siempre se corresponde con la realidad.
La idea de la madre perfecta que vemos en los medios, en las redes sociales e incluso la que tenemos en mente no existe. Es más, no hace falta ser perfecta; estar contenta contigo misma es lo realmente importante.
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