El Acuerdo de París

El Acuerdo de París y los compromisos globales sobre neutralidad climática

El Acuerdo de París, que entró en vigor en 2016, es la nueva piedra angular del esfuerzo mundial sobre el cambio climático para los próximos años. Ha conseguido la participación mundial en un tiempo récord. Se trata de un logro importante en un contexto político en el que los esfuerzos multilaterales se ven sometidos a una presión cada vez mayor.

Una de las principales características del Acuerdo de París es que la distinción entre países “desarrollados” y “en desarrollo” tiene muchos más matices que en el marco de la Convención y el Protocolo de Kioto, poniendo mayor énfasis en las circunstancias nacionales. El principio de la Convención de “responsabilidades comunes pero diferenciadas y respectivas capacidades” se ha asegurado mediante el enfoque ascendente del Acuerdo.

Para lograr el objetivo de “muy por debajo de 2°C” se requerirá una gestión estricta del ciclo de ambición de 5 años. Otro desafío principal es garantizar que todas las Partes sigan las reglas detalladas sobre transparencia y rendición de cuentas acordadas en el Reglamento en la Conferencia de las Partes – COP-24 en Katowice a fines de 2018. Esto requerirá una combinación de apoyo al desarrollo de capacidades, revisión de expertos técnicos y presión de los pares para crear la combinación correcta de incentivos para la implementación y cumplimiento.

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Estado de ratificación del Acuerdo de París

Aspectos clave del Acuerdo de París