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Análisis de los informes de la BSAC y la EWMA sobre el uso racional de antibióticos en el cuidado de las heridas

A summary of the Position Paper from BSAC and EWMA
© BSAC & EWMA

Ya casi has completado la semana 2 y has aplicado lo aprendido a tu práctica diaria, con compañeros médicos y de equipos multidisciplinares. En este apartado, la profesora Karen Ousey resume el informe sobre el uso racional de antibióticos en el cuidado de las heridas.

¿Por qué es tan importante el uso racional de antibióticos en el tratamiento de heridas?

En las dos primeras semanas, hemos resaltado que el mundo se enfrenta a una crisis cada vez peor relacionada con la resistencia a los antibióticos, aunque hay muy poca documentación con indicaciones sobre cómo aplicar una terapia correcta con antibióticos a la hora de tratar heridas infectadas. Y, aun así, a los hospitales llegan casos de heridas infectadas cada día.
No deberíamos hacer frotis ni prescribir antibióticos si no hay indicios y síntomas claros de infección en la herida, pero vemos que esto se sigue haciendo. Además, los pacientes lo solicitan a menudo porque sienten que, con esas medidas, la herida mejorará. Por eso, debemos educar a los pacientes, así como a sus familiares y cuidadores, sobre la resistencia a los antibióticos, y cómo ellos también pueden hacer su función para enfrentarse a ella.
En el informe:
En el informe sobre uso racional de antibióticos hay una tabla, a la que puedes acceder desde la sección de Descargas, aquí abajo. Muestra las oportunidades, las buenas prácticas y la meta del uso racional de antibióticos para todas nuestras intervenciones. Merece la pena dedicarle unos minutos a su lectura, y pensar en cómo toda esta información se puede trasladar a otros profesionales sanitarios, a miembros de equipos multidisciplinares o interprofesionales, a los propios pacientes y a sus cuidadores. También debemos ser conscientes de que el uso racional de antibióticos debe cubrir a centros de atención primaria y hospitales generales. Debemos asegurarnos de que los médicos y el personal del hospital tienen conocimientos sobre el tema.
El informe también recuerda el uso tópico de antimicrobianos, e indica que los antimicrobianos no antibióticos se usan mucho para tratar heridas: por ejemplo, antisépticos (como clorhexidina, povidona o cadexómero yodado), metales pesados (plata, mercurio [mercurocromo]) y productos naturales (miel, carbón), aunque los datos que tenemos que apoyan su utilidad son limitados. Esta es, por tanto, un área que hay que seguir investigando y de la que necesitamos recabar más pruebas.
Recuerda que el uso racional de antibióticos no se limita al uso de antibióticos, sino que también engloba vendajes y apósitos con sustancias antimicrobianas y antisépticos, por lo que hay que considerarlo todo en su conjunto. Hay médicos que prefieren los antisépticos por su capacidad para limpiar la herida y el lecho de la misma. Sin embargo, algunos antisépticos retrasan la cicatrización, por lo que es imprescindible saber cuáles son seguros y apreciar la evaluación integral de un paciente para conocer su historial y saber si tiene alguna alergia.
También hay disponibles muchos otros documentos expositivos, como el que puedes ver aquí debajo. El informe completo también está disponible.

Investigación en el futuro

  • Tenemos que dar con métodos más precisos para determinar si una herida está infectada o no. Tal vez alguna herramienta, o algún avance tecnológico, que nos ayude a diagnosticar si una herida está infectada desde las primeras fases y a tiempo para tratarla.
  • Hay que seguir investigando la eficacia y seguridad de los distintos tipos de apósitos con antimicrobianos para el tratamiento de heridas.
  • También necesitamos hallar formas más simples de detectar biopelículas en las heridas. A menudo, puede que las pasemos por alto porque no se ven a simple vista.
  • También hay que comprobar si una terapia con antibióticos con una posología más corta resulta igualmente efectiva.
  • Necesitamos pruebas diagnósticas rápidas que puedan indicarnos el tipo de bacterias, la presencia de factores de virulencia, o si hay genes de resistencia a antibióticos para que podamos administrar a tiempo el tratamiento más adecuado.
  • Debemos realizar ensayos clínicos para probar la efectividad de diferentes antisépticos para tratar heridas colonizadas e infectadas y, sobre todo, ver si pueden reducir la necesidad de terapia con antibióticos.
Tenemos que tomar las riendas en lo que respecta a la resistencia a los antibióticos y actuar. Es mejor prevenir que curar. La cura, a día de hoy, consiste en un tratamiento con antimicrobianos y antibióticos, pero las investigaciones de que disponemos son limitadas. Tenemos que conocer las mejores formas de prevenir y de tratar las infecciones. Y esto es algo que solo conseguiremos formando a equipos multidisciplinares: educando e implicando a los pacientes y a los cuidadores para que actúen con responsabilidad, y realizando investigaciones solventes que se compartan con todos los grupos de profesionales.

Comparte en la sección de comentarios tu punto de vista sobre los programas de uso racional de antibióticos en el tratamiento de heridas y cómo se están llevando a la práctica. Pon también si estás de acuerdo con el contenido del informe.

© BSAC & EWMA
This article is from the free online

Uso racional de antibióticos en el tratamiento de heridas

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