La importancia cultural de la comida

La elección de alimentos implica la selección y el consumo de alimentos y bebidas teniendo en consideración qué, cómo, dónde, cuándo y con quién se consumen los alimentos.

Una persona afronta diariamente más de 200 opciones de alimentos. Así, explicar qué le motiva e impulsa a optar por estas opciones resulta extremadamente complejo y está influido tanto por impulsos fisiológicos como psicosociales; se trata de un proceso consciente e inconsciente. Aunque la salud se considera un factor importante en la elección de alimentos, la comida es algo más que las calorías y nutrientes que consumimos: también es una expresión de preferencias, identidades y cultura.

La gama de factores que pueden influir en la elección de alimentos es amplia y diversa, y se han desarrollado distintos modelos de elección dirigidos a tratar de explicar cómo las personas toman decisiones sobre los alimentos que consumen.

El modelo de proceso de elección de alimentos, desarrollado por Furst y otros, (1996) incluye tres componentes principales que definen cómo las personas estructuras sus opciones: el curso de vida, influencias y sistemas de alimentos personales.

Curso de vida

A medida que cambiamos y crecemos con el tiempo, el entorno nos moldea y adaptamos la trayectoria de nuestras opciones alimentarias. Esto sugiere que la elección y preferencia de los alimentos son dinámicas. A menudo atribuimos experiencias previas a nuestra selección de alimentos. Por ejemplo, si experimentó malestar estomacal tras consumir un alimento concreto, es posible que lo rechace en el futuro, independientemente de si fue o no la causa del malestar. Igualmente, la comida puede recordarle buenos momentos vividos en el pasado, como asociar el helado con los viajes a la playa. La elección de alimentos se adapta y cambia constantemente dependiendo de nuestras propias vivencias, teniendo así el potencial de cambiar o verse influenciado en el futuro, de modo que cada uno construye su propio sistema alimentario personal.

Influencias

Existe una amplia variedad de influencias que pueden dar forma a nuestra elección de alimentos y cuya fuente varía a lo largo de la vida. La transición de la infancia a la adolescencia y la edad adulta es un ejemplo perfecto del gran cambio en la influencia de las relaciones entre la familia y los amigos, que puede afectar a muchos comportamientos, incluida la elección de alimentos. Los ideales representan los indicadores normativos sobre qué y cómo comemos, y estos se aprenden culturalmente.

Las normas culturales y subculturales establecen qué alimentos y situaciones alimentarias son aceptables y preferibles dentro de culturas y grupos étnicos concretos. Por ejemplo, las comidas estructuradas y los modales apropiados pueden ser más importantes para las generaciones mayores que para las más jóvenes.

Los recursos reflejan los activos físicos que posee una persona, como dinero para comprar alimentos, equipos y espacio para cocinar, además del transporte y la capacidad de acceder a tiendas y supermercados. Esto difiere notablemente en todo el mundo, incluso dentro de los distintos países. También refleja el capital humano como el tiempo, las habilidades y el conocimiento, y el capital social, incluida la ayuda, el consejo de otros y el apoyo emocional.

El contexto también desempeña un papel importante como entorno alimentario, donde la vida individual influye en la disponibilidad de alimentos y en las elecciones.

Sistema alimentario personal

El sistema alimentario personal refleja el proceso mental que emprende el individuo para convertir las influencias en sus elecciones alimentarias, en lo que realmente consume en situaciones específicas. Los valores de la elección de alimentos, el sabor, la comodidad, el coste, la salud, los intereses y el bienestar de los demás son factores considerados parte del sistema alimentario personal.

En 1995, Steptoe, Pollard y Wardle desarrollaron un cuestionario de elección de alimentos que identificara nueve factores que afectan a la elección de alimentos: salud, estado de ánimo, comodidad, atractivo sensorial, contenido natural, precio, control de peso, familiaridad y preocupación ética. De todos ellos, se descubrió que el atractivo sensorial, la salud, la comodidad y el precio eran los factores más importantes a la hora de tomar decisiones sobre la elección de alimentos.

Aunque la proporción de los ingresos familiares destinados a alimentación ha disminuido en las últimas décadas, el coste continúa siendo un factor importante en las decisiones de compra.

Además, la elección de alimentos tiene implicaciones económicas, dado que genera demanda entre los consumidores de productos y proveedores, que generarán, procesarán y distribuirán alimentos específicos por encima de otros, pudiendo dar lugar a cambios en el uso de la tierra y el impacto climático.

En el siguiente paso, se le animará a compartir con nosotros qué alimentos reflejan mejor su cultura. ¡Estamos deseando leer sus comentarios!

Autor: Dra. Miriam Clegg