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Cáncer y dieta: malabarismos entre datos y mitos

La OMS estima que hasta el 30 % de las muertes relacionadas con el cáncer podrían prevenirse modificando el estilo de vida.

La Organización Mundial de la Salud estimó que hasta el 30 % de las muertes relacionadas con el cáncer podrían evitarse modificando el estilo de vida, incluyendo la dieta y la actividad física.

Si bien el vínculo entre el cáncer y la dieta está lejos de comprenderse plenamente, un creciente número de pruebas revela que algunos alimentos y nutrientes pueden reducir el riesgo de ciertos tipos de cáncer o, por el contrario, contribuir a su propagación o aparición de metástasis.

Algunos factores de riesgo relacionados con el desarrollo del cáncer, como la genética y el entorno, no permiten modificación alguna. No obstante, se ha estimado que estos representan menos del 30 % del riesgo de una persona a lo largo de la vida de contraer cáncer. Prevenir la obesidad y seguir un patrón dietético saludable deben incluirse entre las recomendaciones tanto para la población general como para los supervivientes del cáncer, dado que estas estrategias están vinculadas de forma convincente con un menor riesgo de cáncer primario o secundario.

En las últimas décadas, un número cada vez mayor de estudios observacionales han relacionado distintos patrones dietéticos con algunos tipos de cáncer. La obesidad, por ejemplo, se ha relacionado con el cáncer de próstata agresivo, con el cáncer bucal y de faringe. Además, el aumento del riesgo de cáncer de estómago se ha relacionado con el consumo de alcohol y de alimentos salados en conserva, asociado también con el cáncer de riñón. El riesgo de sufrir cáncer de esófago se ha relacionado con el consumo de bebidas muy calientes. Además, los grupos de expertos concluyeron que una dieta con una alta carga glucémica aumenta probablemente el riesgo de cáncer de endometrio.

Por otro lado, distintos factores alimentarios pueden reducir el riesgo de varios tipos de cáncer, como el colorrectal. Un estudio, por ejemplo, descubrió que el café probablemente protege frente al cáncer de hígado y de endometrio, aunque algunos investigadores consideraron que estas observaciones eran demasiado firmes y podrían estar afectadas por algún sesgo metodológico. Si bien no es posible extraer conclusiones definitivas en este sentido, vale la pena señalar algunas consideraciones:

¿Qué sabemos de la conexión entre la carne procesada, la carne roja y el cáncer?

Consumir alrededor de 50 gramos al día de carne procesada se asocia con un aumento próximo al 20 % del riesgo de padecer cáncer colorrectal. Cada vez hay más pruebas de que los cánceres colorrectales pueden atribuirse a la degradación de la barrera mucosa protectora del intestino.

Además, la carcinogénesis colorrectal también se ha relacionado con la inflamación y el estrés oxidativo en el epitelio cólico. Por lo general, el consumo de carnes procesadas, rojas y alcohol, así como el tabaco, la falta de actividad física y la obesidad, está asociado al cáncer colorrectal, lo que revela la importancia etiológica del microbioma intestinal y su composición.

Las bebidas azucaradas, ¿están asociadas a un mayor riesgo de cáncer?

Los carbohidratos con un índice glucémico alto (una medida de la rapidez con la que los carbohidratos se convierten en azúcar en sangre), como los que contienen los refrescos edulcorados con azúcar, se han asociado con un mayor riesgo de cáncer de próstata y cáncer de pulmón. Por el contrario, el consumo de hidratos de carbono con un bajo índice glucémico (como los presentes en lentejas y guisantes) se asocia con un menor riesgo de cáncer de próstata y colorrectal.

¿Pueden las frutas y verduras ser determinantes importantes del riesgo de cáncer?

Los hallazgos han evolucionado en los últimos años, desde los primeros estudios de casos y controles que indicaron que una mayor ingesta de frutas y verduras se asociaron con un menor riesgo de varios tipos de cáncer hasta estudios prospectivos posteriores que arrojaron resultados más débiles.

El Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer 2018, por ejemplo, informó que ni las frutas ni las verduras se consideraron probablemente asociadas, ni de un modo convincente, con el riesgo de cáncer. Se han encontrado pruebas que sugieren que algunos componentes específicos de ciertas frutas y verduras podrían tener propiedades protectoras frente a algunos tipos de cáncer.

¿Reducen las vitaminas y los minerales el riesgo de cáncer?

Mayores niveles de consumo de suplementos vitamínicos o minerales no se han relacionado con la reducción del riesgo de cáncer en poblaciones bien alimentadas. De hecho, esa práctica podría aumentar el riesgo de cáncer. Por ejemplo, un alto consumo de β-caroteno aumenta el riesgo de cáncer de pulmón.

Pese a que los suplementos de vitaminas y minerales pueden ser importantes para otros aspectos de la salud, no deben utilizarse para la prevención del cáncer. Por supuesto, las deficiencias de vitaminas y minerales esenciales provocan un deterioro de la salud, incluida una mayor vulnerabilidad a algunos tipos de cáncer, pero los detalles de estos efectos adversos aún precisan más investigación.

Autores: Dr. Savino Sciascia y Dr. Gregory Winston Gilcrease.

© University of Turin
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