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Los componentes de un sistema alimentario saludable y sostenible

Cómo satisfacer la creciente demanda de alimentos y ofrecer dietas saludables a la población mundial durante las próximas décadas...
an image representing the food system from farm to fork
© EIT Food

Cómo satisfacer la creciente demanda de alimentos y ofrecer dietas saludables a la población mundial durante las próximas décadas sin socavar los recursos del planeta.

Cada vez disponemos de más datos que indican que los cambios de alimentación a nivel poblacional podrían mejorar tanto la salud como la sostenibilidad ambiental.

Un factor clave para alcanzar una salud sostenible tanto en las generaciones actuales como futuras es la aplicación de «dietas sostenibles», con un bajo impacto medioambiental y que contribuyen a la seguridad alimentaria y nutricional y a una vida saludable. Las dietas sostenibles son protectoras y respetuosas de la biodiversidad y los ecosistemas, culturalmente aceptables, accesibles, económicamente justas y asequibles; nutricionalmente adecuadas, seguras y saludables; al tiempo que optimizan los recursos naturales y humanos.

En este contexto, la Doble Pirámide Alimentaria y Ambiental propuesta por el Centro de Alimentación y Nutrición de Barilla, destaca la relación entre el valor nutricional y el impacto ambiental de distintos alimentos de la dieta mediterránea.

Los nutricionistas recomiendan consumir alimentos con un menor impacto ambiental en mayores cantidades (frutas y verduras) por sus beneficios para la salud, mientras que los alimentos con un alto impacto ambiental deben consumirse con moderación. Por lo tanto, la dieta mediterránea podría considerarse saludable y sostenible.

1 Figura 1. El modelo de doble pirámide alimentaria y medioambiental desarrollado por la Fundación Barilla Center for Food & Nutrition (BCFN).

Recuerde que también puede encontrar todas las imágenes de este artículo en la sección Downloads (Descargas), donde podrá hacer zoom para mejorar su comprensión.

Existen varias formas de frenar, y posiblemente revertir, el aumento de las enfermedades crónicas no transmisibles relacionadas con la dieta y la presión ambiental. Una de estas estrategias es la transición a dietas con una menor proporción de calorías de los alimentos de origen animal y donde el consumo calórico sea suficiente para satisfacer las necesidades metabólicas. Numerosos estudios han revelado que minimizar el consumo de carne puede reducir las emisiones de gases de efecto invernadero al tiempo que continúa siendo adecuado desde el punto de vista nutricional.

Por ejemplo, se estima que la adopción global de una dieta baja en carne que satisfaga las recomendaciones nutricionales en materia frutas, verduras y necesidades calóricas reduce las emisiones de efecto invernadero relacionadas con la dieta en casi un 50 % y la mortalidad prematura en aproximadamente un 20 %.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), los sistemas alimentarios “engloban toda la gama de actores y sus actividades interrelacionadas de adición de valor implicadas en la producción, adición, procesamiento, distribución, consumo y eliminación de productos alimenticios que proceden de la agricultura, la silvicultura o la pesca”.

Un Sistema Alimentario Sostenible (SFS) ofrece seguridad alimentaria y nutrición para todos sin comprometer las bases económicas, sociales y ambientales que garantizan la seguridad alimentaria y la nutrición para las generaciones futuras. Un SFS es rentable (sostenibilidad económica), tiene beneficios para la sociedad (sostenibilidad social) y un impacto positivo/neutro sobre el medio ambiente (sostenibilidad medioambiental).

1 Figura 2. El impacto de los sistemas alimentarios sostenibles. Fuente: © FAO, Sistemas alimentarios sostenibles.

El rápido crecimiento de la población, la creciente necesidad de dietas nutricionalmente correctas y el agotamiento de las fuentes de alimentos plantean un inmenso desafío para el sistema alimentario mundial, que actualmente es una fuente importante de mala salud y degradación ambiental.

Se puede formular una estrategia potencial para lograr una nutrición y salud sostenibles siguiendo los principios de la bioeconomía, que implica “la producción de recursos biológicos renovables y la conversión de estos recursos y corrientes de desechos en productos de valor agregado, tales como alimentos, piensos, bio productos de base y bioenergía”.

Para aumentar la sostenibilidad ecológica de la industria de procesamiento de alimentos, los coproductos deben explotarse antes de que se conviertan en residuos. Hacer frente al desperdicio de alimentos es de gran importancia para combatir el hambre, aumentar los ingresos y mejorar la seguridad alimentaria en los países más pobres del mundo.

Hasta hace unas décadas, el desperdicio de alimentos no se consideraba ni un coste ni un beneficio. Los residuos alimentarios se utilizaban como piensos para animales, se llevaban a los vertederos o se destinaban a compostaje. Sin embargo, para maximizar el beneficio para el medio ambiente, la sociedad y la economía, la FAO está desarrollando actualmente un Código de Conducta (CoC) para la reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos y ha propuesto una pirámide invertida que establece prioridades sobre la mejor manera de reducir el desperdicio de alimentos y ahorrar recursos naturales.

En primer lugar, es muy importante distinguir entre la pérdida y el desperdicio de alimentos, que se definen de este modo:

  • Pérdida de alimentos: disminución de la cantidad o calidad de los alimentos resultante de las decisiones y acciones de los proveedores de alimentos de la cadena, excluyendo a los minoristas, proveedores de servicios alimentarios y consumidores.
  • Desperdicio alimentario: reducción de la cantidad o calidad de los alimentos como resultado de las decisiones y acciones de los minoristas, proveedores de servicios alimentarios y los consumidores.

La primera recomendación propuesta por la FAO es evitar generar pérdidas o desperdicio de alimentos (FLW) en primer lugar. Seguidamente, cuando no se pueda evitar la generación de residuos, se debe donar el exceso de comida a las personas más necesitadas. La siguiente opción es utilizar los residuos alimentarios en la alimentación animal, la conversión de combustible, el compostaje y, por último, la opción menos preferida, la incineración.

1 Figura 3. La jerarquía alimentaria propuesta por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, 2019). FLW, pérdidas y desperdicios de alimentos.

Para contribuir a una salud sostenible, precisamos estrategias técnicas, económicas y científicas que utilicen un enfoque multidisciplinario para el desarrollo de biorrefinerías de PDA sostenibles para desarrollar ingredientes alimentarios. Estos responden a las demandas nutricionales y sensoriales de los consumidores.

Modificar los hábitos dietéticos e incorporar ingredientes basados en subproductos alimentarios a nuestra dieta es un reto importante por razones culturales, políticas y económicas. Se requieren acciones de los gobiernos, la industria alimentaria y las personas para lograr un sistema alimentario y una salud sostenibles.

La comida es la mejor medicina para una salud sostenible y un envejecimiento activo. Debe ser segura, sabrosa, nutritiva y buena para el planeta.

¿Consideraría realizar cambios en su dieta para promover su propia salud y la del planeta? Si es así, ¿qué tipo de cambios realizaría?

Autores: Dra. Dolores del Castillo y Dra. Amaia Iriondo-DeHond

© CSIC
This article is from the free online

Nutrición para la salud y la sostenibilidad

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