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¿Cómo puede un médico convertirse en agente de cambio?

En este artículo, exploraremos cómo los médicos pueden marcar la diferencia apoyando activamente a sus pacientes...
A male patient consulting a male GP
© University of Hohenheim

En los pasos anteriores ha aprendido cómo la nutrición y los patrones alimentarios pueden afectar a la salud y el bienestar. En este artículo, exploraremos cómo los médicos pueden marcar la diferencia apoyando activamente a sus pacientes y ayudándoles a cambiar sus hábitos alimentarios.

Transmitir información dietética

Como base de partida, los médicos entrevistan a los pacientes sobre su dieta actual para identificar qué modificaciones dietéticas deben llevarse a cabo.

El objetivo es abordar los déficits en la comprensión y el conocimiento de las personas sobre las consecuencias a largo plazo de su comportamiento alimentario en su salud. Se debe abordar la intención individual y, por tanto, la voluntad de invertir energía y recursos para modificar la conducta alimentaria.

Los médicos pueden tener un impacto sustancial en la concienciación sobre los efectos prometedores de la nutrición en la salud de las personas. Por la presente, los médicos se basan en información basada en pruebas de alta calidad que proporcionan a las personas en riesgo o que ya están afectadas por alguna enfermedad.

Es fundamental evitar abrumar con datos a los pacientes, sino condensar información compleja y basarse en estrategias incrementales (es decir, el porqué, el qué y el cómo) que los individuos pueden implementar en su vida diaria.

También es importante recordar que, ante problemas y preguntas específicos relacionados con la nutrición, los pacientes deben ser remitidos a dietistas certificados para recibir el mejor apoyo posible.

Establecimiento de objetivos realistas

Junto con el paciente, los médicos elaboran pasos específicos, bien definidos, pero también manejables, hacia objetivos claros. Cuanto más concretos sean los planes (es decir, el contexto, la frecuencia, la duración y la intensidad especificados), mayor será la probabilidad de que el comportamiento dietético saludable pueda mantenerse a largo plazo (ver intenciones de implementación Gollwitzer, 1999): “Siempre que surja la situación X, iniciaré la acción dirigida a un objetivo Y”.

Por ejemplo, se podría hablar de una opción de comida saludable y fácil de preparar que probablemente disfrutara el paciente cada vez que sienta antojo de chocolate. Las estrategias contra el deseo compulsivo de consumir reflejan una forma de combatir los malos hábitos y volver a la normalidad tras gestionar los errores.

Vincular las opciones con señales positivas (por ejemplo, comida sabrosa, fresca y asequible) elimina la barrera de las asociaciones ilícitas, como que la comida saludable no puede ser agradable y reduce el miedo a perder momentos alegres durante las comidas.

Seguimiento y comentarios

Parte del asesoramiento conductual realizado por los médicos consiste en hacer un seguimiento de la trayectoria sanitaria de los pacientes. Esto permite realizar un seguimiento de los parámetros de salud (es decir, pérdida de peso y mantenimiento, niveles mejorados de HbA1c) después de introducir nuevos patrones dietéticos.

Además, estar en contacto con sus médicos con regularidad aumenta la motivación de para continuar con sus nuevos hábitos alimenticios y reducir el riesgo de recaída.

Efecto cascada

El entorno sociocultural es un componente decisivo del proceso de cambio de hábitos cotidianos. Los propios médicos pueden actuar como modelos a seguir, cuyos consejos dietéticos solo son convincentes en la medida en que se implementan en su propio estilo de vida Su conducta alimentaria sirve como muestra observable del comportamiento que las personas pueden imitar o aspirar. Puede tener efectos en cadena en pacientes, colegas y sus comunidades.

Autoeficacia

Idealmente, el médico puede mejorar la sensación de autoeficacia de las personas con respecto a la relación causal entre sus hábitos alimenticios diarios y su salud física y mental.

Concienciar al paciente de las consecuencias positivas de una dieta deseada, así como de los resultados negativos de una dieta no deseada, estimula las acciones orientadas a los objetivos. El médico, por ejemplo, podría animar al paciente a crear una imagen mental concreta de dos versiones diferentes de su yo futuro.

En la versión positiva imaginada de su futuro, se implican en cambios nutricionales de estilo de vida a largo plazo, mediante los cuales sus síntomas se alivian o incluso se revierten. En la versión negativa imaginada de su futuro, mantienen hábitos alimentarios poco saludables y, por lo tanto, fomentan la progresión de la enfermedad o el desarrollo de comorbilidades que inducen un arrepentimiento anticipado.

Este ejercicio está relacionado con avanzar hacia objetivos deseados y alejarse de los no deseados, respaldando así el cambio correcto de los hábitos alimenticios del paciente.

Qué nos gustaría que hiciera

En la semana 1, le preguntamos: ¿cómo pueden los médicos convertirse en agentes de cambio?

Ahora que ha adquirido conocimientos a través del curso, nos gustaría que reflexionara sobre la misma pregunta y escuchar sus opiniones sobre cómo podría evolucionar el papel de los médicos en los próximos años.

Autor: Dr. Sascha Venturelli

© University of Hohenheim
This article is from the free online

Nutrición para la salud y la sostenibilidad

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