La microbiota en su edad temprana
¿Qué importancia tiene nuestro primer contacto con microbios?
El “primer contacto” entre los microbios y su huésped es un momento crítico en el desarrollo humano, cuando se establecen las bases de la salud del individuo. Alterar estos primeros ecosistemas microbianos tiene consecuencias tanto a corto como a largo plazo, que conoceremos en breve.
¿Sabía que el microbioma materno cambia durante el embarazo?
El embarazo es una época de grandes cambios: cambios en los niveles hormonales, en el sistema inmunológico y en el metabolismo, correspondientes al desarrollo fetal. El microbioma materno también cambia durante el embarazo. En el intestino, se produce una reducción en la diversidad de microbios presentes, pero un aumento de algunos, incluyendo bacterias beneficiosas como Bifidobacterium, que puede estar relacionado con hormonas del embarazo que mejoran su crecimiento. En la vagina, predominan las especies protectoras Lactobacillus, con niveles crecientes de ciertas especies como Lactobacillus crispatus que surgen durante el embarazo. Ciertos factores como los antibióticos, la dieta, la diabetes gestacional y el índice de masa corporal previo al embarazo pueden provocar aún más cambios en el microbioma. Esto puede tener consecuencias como un parto prematuro; por ejemplo, el uso de antibióticos durante el embarazo se ha relacionado con el 25 % de los partos prematuros.
¿Cuál es el origen del microbioma infantil?
La transmisión de microbios de la madre al bebé es un acontecimiento importante de «siembra» para el establecimiento del primer microbioma, ya que en el útero los lactantes en desarrollo permanecen en gran medida aislados de la exposición a microbios.
¿Dónde obtienen los bebés estos primeros microbios?
Durante el nacimiento y poco después, el lactante se expone rápidamente a bacterias, hongos y virus, y se ve colonizado por estos, capaces de hacerlo durante periodos más o menos prolongados. La forma de parto tiene un papel importante en la determinación de esta «inoculación» inicial. Los lactantes de cesárea muestran una composición bacteriana intestinal más parecida a la que esperaríamos que fuera el microbioma de la piel (por ejemplo, Staphylococcus), con niveles aparentemente más altos de microbios asociados al hospital como Enterococcus y Klebsiella.
Por el contrario, los bebés nacidos vaginalmente son colonizados por bacterias como Bifidobacterium y Bacteroides, y un trabajo reciente sugiere que estos se originan en la microbiota intestinal de la madre y, por lo tanto, son potencialmente adquiridos durante el trabajo de parto (a través de la contaminación de la microbiota fecal de la madre). Tras el parto, otros miembros cercanos de la familia (¡incluso las mascotas!) pueden actuar como fuentes de microbios. La colonización de estos primeros microbios sucede al mismo tiempo que el rápido desarrollo del sistema inmunitario y estudios previos han relacionado la realización de cesáreas con un mayor riesgo de enfermedades de tipo alérgico, como el asma y la dermatitis atópica.
¿Cómo crece el microbioma infantil?
Hasta alcanzar los 2-3 años de edad, la primera microbiota del bebé está sujeta a constantes cambio y desarrollos. Entonces alcanzamos una comunidad microbiana adulta relativamente estable. Junto con una mayor diversidad bacteriana, también observamos el llamado “viroma” emergente y cambios en los hongos presentes, por ejemplo Candida. Uno de los principales factores que conforma la primera microbiota es la dieta. Los niveles altos de Bifidobacterium están asociados con la lactancia materna, mientras que la alimentación con fórmula favorece una mayor diversidad de microbios, pero una reducción en los niveles generales de Bifidobacterium. ¿Por qué observamos estas grandes diferencias? La leche materna contiene azúcares denominados oligosacáridos de la leche humana (OLH) que solo pueden ser digeridos por ciertos microbios, incluyendo el Bifidobacterium. Así, la leche materna estimula el crecimiento de Bifidobacterium y permite que este grupo beneficioso de bacterias supere a otros microbios potencialmente patógenos.
Otro factor que da forma al microbioma infantil son los antibióticos, ya que los lactantes reciben ~3 ciclos de antibióticos antes de cumplir 1 año. Para el microbioma de los primeros años de vida, esto representa un tiempo en el que los antibióticos pueden tener un efecto “sobredimensionado” y negativo.
Los antibióticos son fundamentales para combatir los patógenos bacterianos graves, pero no discriminan entre bacterias buenas y malas. Los estudios sugieren que el uso temprano de antibióticos puede reducir fuertemente la variedad de microbios presentes en el intestino infantil (como Bifidobacterium), hecho que podría vincularse con la creciente incidencia de enfermedades intestinales crónicas como las enfermedades inflamatorias intestinales.
Restitución del primer microbioma
De este modo, si podemos alterar el microbioma infantil en desarrollo, ¿podremos también restituir los microbios que no están presentes o lo están en niveles reducidos? Un método sencillo empleado a menudo en los lactantes es la suplementación con probióticos. Tradicionalmente, se han empleado miembros de los géneros Lactobacillus y Bifidobacterium; sin embargo, actualmente no existen probióticos totalmente autorizados, dado que las pruebas científicas aún no son lo suficientemente sólidas. Sin embargo, en ciertos momentos se han utilizado probióticos con mucho éxito, como es el caso de los bebés prematuros. Estos bebés en riesgo suelen tener niveles muy bajos de Bifidobacterium, en comparación con los bebés nacidos a término, y se ha demostrado que los suplementos modulan positivamente el microbioma intestinal y reducen la incidencia de infecciones graves. Otras opciones son facilitar leche materna de donantes, si no se dispone de leche materna propia, y complementar las fórmulas con azúcares individuales de la leche materna, aunque esto nunca emulará totalmente el patrón oro de la leche materna entera.
La siguiente imagen ilustra un resumen del conocimiento actual de los factores que influyen en el establecimiento del microbioma neonatal (Haga clic para ampliar)
Creador del paso: Dr. Lindsay J Hall
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